Posted by : El Anti-Atheus
domingo, 19 de febrero de 2017

Si, por ejemplo, Cristo no ha resucitado de entre los muertos, la fe cristiana sería falsa, argumenta Pablo en 1 Corintios 15. De hecho, las Escrituras insisten rutinariamente en el papel de los testigos oculares, en la importancia de los signos y prodigios públicos para impulsar la creencia (Jn 20: 30-31), y otras evidencias históricas que todos debemos considerar.
Aunque podemos tener razones racionales para creer en Dios, no olvidemos amplias razones prácticas o existenciales para considerar a Dios. Es decir, el cumplimiento de nuestros anhelos humanos más profundos se encuentra en Dios. Este es un apoyo teísta que el escéptico frecuentemente pasa por alto. Nuestro anhelo de identidad, seguridad y significado, nuestro deseo de inmortalidad y esperanza más allá de la muerte, el perdón de nuestros pecados y la eliminación de la vergüenza o el anhelo de la justicia, todos estos anhelos son cumplidos por Dios en Cristo, que Ha puesto la eternidad en nuestros corazones (Ec. 3:11). Si estamos hechos para una relación filial con Dios, ¿por qué se deben descontar esos anhelos? En realidad, sería prudente considerar estas razones, además de razones racionales, puesto que somos hechos a la imagen de Dios, que va más allá de la experiencia racional humana a una amplia gama de consideraciones.