Posted by : El Anti-Atheus
domingo, 19 de febrero de 2017

Muchas personas que dicen ignorar la existencia de Dios son más como apateistas, que no les importa si Dios existe. Tristemente, dedican sus vidas a todo tipo de actividades: Facebook, cine, comentar en páginas teistas, etc. Pero no levantan un dedo para contemplar la cuestión más importante de todos, es decir, la existencia de Dios. ¿Por qué Dios se revelaría a los perezosos y apáticos?
¿Y por qué debe revelarse a los orgullosos y arrogantes, que exigen que Dios "se demuestre a sí mismo" a través de la pirotecnia divina (Mt 16, 4)? ¿Realmente produciría verdadera conversión y amor a Dios? Después de todo, los israelitas tenían muchas señales: las diez plagas, el mar Rojo dividido en dos, el maná cada mañana, la presencia constante de una columna de nubes durante el día y fuego de noche.
Sin embargo, la mayoría de los israelitas murió en incredulidad después de exhibiciones de idolatría, rebelión y murmuración (1 Co. 10: 1-13). La evidencia (incluso el resucitar de los muertos) no garantiza la confianza en Dios (Lc 16, 31). Dios está interesado en más que nuestra creencia de que él existe sea verdadera y justificada. Incluso los demonios son firmes monoteístas (Santiago 2:19). La pregunta más importante debería de ser: ¿Estamos dispuestos a conocer y a ser conocidos por Dios, a someternos a Dios como la Autoridad Cósmica?
Buscar a Dios con todo nuestro corazón es fundamental para que Dios se revele a nosotros (Jeremías 29:13). Como dijo el filósofo Blaise Pascal:
«Debe estar dispuesto a presentarse abiertamente a los que Le buscan con todo su corazón y a estar oculto de aquellos que huyen de Él con todo su corazón, Él regula el conocimiento de Sí mismo, Él ha dado signos de Sí Mismo, visibles a aquellos que lo buscan , Y no así a los que no le buscan. Hay suficiente luz para aquellos que desean ver, y suficiente oscuridad para aquellos que tienen una disposición contraria.»
Más allá de esto, Dios puede tener ciertas razones para permanecer oculto (para fomentar una mayor confianza y perseverancia, el forjar el carácter, y así sucesivamente.) Se revela en sus propios términos.